sábado, 20 de febrero de 2016

¡Coge lápiz y papel!

Bien, hoy vamos a hablar de dibujar: se sincero/a, ¿Hace cuánto que no coges un lápiz y un papel? Mucho, poco, de vez en cuando te apetece…

Hay un aspecto clave y totalmente determinante a la hora de querer dejar de dibujar. Nos estamos refiriendo a los comentarios que todo niño recibe tras mostrar sus dibujos  a otras personas. En relación a esto lanzo un mensaje para todos los educadores, padres familiares y cualquier persona en definitiva que esté en contacto con los niños: Por favor, ¡Nunca menosprecies uno de sus dibujos, no le digáis “qué feo”, “está deforme”, “no vales para esto” ya que esto le afectará tanto que se lo creerá y ya no querrá volver a dibujar, porque ha creado una predisposición negativa a ello!

Para que esto no suceda, hay que tener en cuenta que todos los niños  aprenden a dibujar antes que a escribir y que a leer, pero también experimenta un proceso evolutivo, no se nace con la habilidad de pintar o dibujar algo desde la perspectiva realista de los adultos. Por ello te aconsejo que digas: “¡qué bonito, explícame que es!” o si crees que no es un trabajo bien realizado expón como sugerencias que mejoras podría aplicar la próxima vez.

Los niños al dibujar  se desarrollan, crecen y  ofrecen una gran cantidad de información, pues, expresan su estado anímico, sus sentimientos, sus preocupaciones o lo que ha captado su atención. Así,  poco a poco aprenden a reflejar  en el papel la realidad que ven, que recuerdan o que imaginan,  con una mayor complejidad. Asique,dejemos  que la creatividad de un niño viva todo lo máximo posible.

Para que conozcas más de este tema echa un vistazo a las siguientes etapas grafico-plásticas, expuestas por Lowenfeld y Lambert en su obra “Desarrollo de la capacidad creadora”:

1.    Etapa del garabato (2-4años): al principio el niño dibuja de forma impulsiva y desordenada pero, poco a poco descubre que sus ojos guían a la mano hasta llegar a hacer garabatos que para él tienen sentido, les pone nombre, imagina. Así aparece la función simbólica del grafismo.
2.     Etapa preesquemática (4-7 años): donde el niño solo dibuja lo que “sabe”, sin un orden en el espacio.  Se refleja su visión egocéntrica de la realidad y comienza dibujar los renacuajos. Además, los colores que emplea son un reflejo de su estado emocional.
3.      Etapa esquemática (7-9 años): el niño plasma su propio esquema de conocimientos junto con los estereotipos  aprendidos socialmente. En esta etapa primero aparece la línea de base y de suelo y los dibujos en hilera, pero posteriormente se da paso al dibujo con perspectiva. Por último, cabe mencionar que en esta etapa ya se observa la representación en espacio-tiempo y en “rayos x” o en trasparencia.
4.     Etapa realista (9-11 años): en este momento el niño muestra la importancia de la “pandilla”, descubre la superposición, representa el movimiento y ya se pueden apreciar muchos detalles.
5.     Etapa pseudonaturalista (11-13 años): caracterizada por dibujar de forma razonada, lo que da pie al naturalismo. Aquí el niño decide si representar la realidad, su interpretación o si prefiere un reflejo abstracto de la misma.
6.   Periodo de decisión (13-17 años): ya en esta etapa se configura finalmente una expresión artística, que puede ser emocional o subjetiva o bien, visual u objetiva.


                          ¿Hasta qué etapa has llegado tu? Te animo a retomar tu camino ¡Descubrelo!

                                               La siguiente imagen es sinónimo de creatividad:

                                      

                                     https://innovarteinfantilesp.wordpress.com/tag/educacion/ 

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