domingo, 24 de abril de 2016

Imagina un personaje...

¡¡Buenos buenos días!!


     Hoy vamos a retomar nuestras actividades prácticas. ¿Os acordáis de los retratos que expusimos? Genial, pues os voy a comentar lo que mi clase ya ha comenzado a elaborar en relación a los mismos: la nueva propuesta es crear un personaje imaginario, en forma de escultura, que dialogue con los retratos realizados, lo que también se relaciona con la exposición “Teatrorum” que hemos visitado esta semana”.

     No obstante antes de nada, el proceso para diseñar este personaje imaginario no es como os lo estáis imaginando. ¿Listos? ¡Comenzamos!

1.       Muchas veces los personajes imaginarios se componen por extrañas figuras o cuerpos ¿Sabéis cómo lograrlo? Bien, una forma es mediante las interacciones de figuras en el plano.
Primero vais a observar atentamente vuestros retratos y vais a dibujar en una hoja a parte varias de las figuras, que más os llame la atención de las que aparezcan. A continuación las recortáis sobre una cartulina y os quedáis con las piezas que resultan.
Éstas fueron las mías:



     Lo que vamos a hacer  en segundo lugar es  hacer que, por ejemplo las tres figuras recortadas que más os gusten, interaccionen de distintas formas en el plano. Para ello os explico las interacciones que podéis utilizar:

a)      Distanciamiento: es la más simple, tan solo colocáis las piezas separadas en la posición que prefiráis.
b)      Contacto: las piezas se tocan tangencialmente.
c)       Superposición: se colocan unas piezas sobre otras, pero se mantienen trazadas las líneas de las que se dibujan por encima. Así la parte que comparten entre ambas se puede pintar de otro color.
d)      Transparencia: ocurre como en el caso previo, sin embargo la diferencia reside en que si, por ejemplo, una pieza es de color amarillo y la otra de color azul, al superponerlas se transparenta un color sobre otro. Así, en la parte que comparten resulta el color de la mezcla, en este caso el verde.
e)      Unión: en este caso las piezas se juntan y desaparecen todos los puntos interiores
f)       Penetración: se refleja como una pieza penetra en otra. Para que sea más visual se puede reflejar con colores de tal forma que la parte en común mantiene el color de la que penetra y se marcan todos los límites.
g)      Intersección: las piezas tienen una parte en común, en la que pueden compartir un color
h)      Sustracción: se otorga, por así decir, mayor identidad a una pieza que a otra, por lo que una toma el derecho a tomar una parte de la presentada como menos importante
i)        Simetría: se trata de representar intersecciones simétricas en el plano, como si en la mitad hubiera un espejo.


También, otra posibilidad es combinar estas interacciones. Así si escogéis tres piezas como yo, podéis representar diferentes interacciones entre ellas.

 Éstos son algunos de mis ejemplos (la mayor parte lo veréis cuando explique el siguiente paso):





2.             El siguiente paso es comenzar a inventaros personajes empleando como base las interacciones anteriores. Una buena forma de coger ideas es documentarse acerca del lugar en el que se vaya a exponer, pues de esta forma se establecerá un dialogo entre la escultura el retrato y lugar de exposición. En mi caso, el hilo conductor debe llevar motivos de locura, ¿sabíais que el edificio Solís de la Facultad de Educación de Salamanca era en realidad un manicomio? Bien pues sabiendo detalles como este es hora de ponerse: ¡Manos a la obra!

Éstos fueron mis primeros bocetos:











3.           Llega un paso muy importante: es  el momento de elegir vuestro personaje imaginario definitivo. Es escoged el que más os convenza y a continuación, dibujarle en diversas posturas para ver cómo os gusta más.

Este es mi personaje imaginiario:




Genial chicos, esto es todo por hoy. ¡Os toca!





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